lunes, 19 de mayo de 2014

Me duchó


A Claudio de la Rubia




Ante la exquisitez hoy descubierta,

incipiente manjar; los humedales

femeninos clamando mis labiales

caricias, al secreto de su puerta

me vi. La habilidad un punto incierta

despejé muslos, quise ver tales

disfrutes al sendero de frutales,

temblores de mujer soñar despierta.

Qué cosa de sabores éste vicio,

aunque más a mujer el beneficio

-no levantes la cabeza- sugirió.

Y entre tanto gemido, en mi oficio

depositados tiempo y suplicio,


con agua de su orgasmo me duchó.

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